A pesar de que el PIB per cápita de EE.UU. ha aumentado de 5.609 dólares en 1971 a 69.288 dólares en 2021, la propiedad de bienes inmuebles ya no es tan popular como antes. En cambio, el crecimiento de los hogares multigeneracionales ha aumentado notablemente desde 1971.
Según Pew Research, a principios de los años 70, aproximadamente el 5% de los estadounidenses vivía en hogares multigeneracionales, sobre todo con sus padres u otros parientes adultos. Sin embargo, en 2021, esa cifra aumentó hasta el 18%.
Las cuestiones económicas son en parte responsables de esta tendencia. El 40% de las personas que viven en un hogar con dos o más generaciones dijeron a Pew que las cuestiones económicas estaban detrás de su decisión. Una encuesta relacionada realizada por Generations United (GU) reveló que el 66% de las personas consideraban que los factores económicos eran responsables, al menos en parte, de su decisión de vivir con sus padres, hijos u otros parientes adultos.
Aunque vivir en un hogar multigeneracional no es necesariamente un concepto nuevo, su reciente popularidad ha hecho que muchos se den cuenta de que esta particular situación vital tiene sus pros y sus contras.
Si vive en este tipo de hogar o está pensando en mudarse, hay ventajas que le esperan e inconvenientes con los que puede tener que lidiar.
Ventajas de los hogares multigeneracionales
La mayor parte de la información sobre la convivencia multigeneracional se centra en las ventajas económicas que supone para los jóvenes. Aunque esta es la razón más frecuente para volver a casa, esta situación conlleva muchos otros aspectos positivos, todos los cuales benefician a toda la familia.
A continuación se analizan los aspectos positivos de vivir en un hogar multigeneracional.
Ahorrar dinero
Tanto si le motiva económicamente mudarse a un hogar compartido como si no, no puede negar las ventajas económicas. Si varios adultos comparten los pagos de la hipoteca o el alquiler, las facturas y los gastos de alimentación, cada uno puede disfrutar de una parte más ligera de la carga financiera. Varios contribuyentes pueden ayudar a cada uno a salir adelante aunque tengan un presupuesto doméstico ajustado.
La dinámica financiera de baja presión de los hogares compartidos también hace que sea más fácil ahorrar dinero para las necesidades esenciales. Los ahorros adicionales pueden ayudar a saldar deudas de tarjetas de crédito, pagar préstamos estudiantiles o comprar artículos de primera necesidad, como un vehículo.
Dependiendo de su situación vital anterior, mudarse a una casa multigeneracional puede significar más espacio por menos dinero en general. Por ejemplo, si antes alquilabas un apartamento y te has mudado a una casa familiar, es posible que tengas acceso a un patio, una plaza de aparcamiento y una cocina más grande.
Financiar una vivienda
Los jóvenes, en particular, pueden beneficiarse económicamente. Algunos pueden incluso volver a vivir con su familia mientras acumulan ahorros para comprar su propia casa.
El ahorro de dinero que supone esta situación vital puede ayudarte a saldar deudas de tarjetas de crédito o préstamos estudiantiles, ponerte al día con facturas atrasadas y tomar otras medidas para aumentar tu puntuación crediticia.
Junto con la mejora de la puntuación crediticia y el ahorro, los autónomos y las personas que buscan empleo pueden beneficiarse de una situación de vivienda compartida, ya que les proporcionará tiempo para recopilar la información necesaria para una solicitud de hipoteca.
Es posible que los prestamistas le pidan los recibos de nómina y se muestren reticentes ante los ingresos irregulares de un autónomo o un pequeño empresario. En estos casos, puede documentar las tendencias de ingresos a largo plazo reuniendo una colección de documentos del impuesto sobre la renta, registros bancarios y estados financieros de uno o dos años. Estas pruebas pueden ser de gran ayuda en el proceso de solicitud del préstamo.
Atención infantil distribuida
Si se comparan los costes por lugares, las guarderías son extremadamente caras en todas partes. En la mayor parte del país, los padres que trabajan gastan más en guarderías que en vivienda.
Así pues, no es de extrañar que ahorrar en guarderías sea una ventaja significativa de un hogar multigeneracional. Los otros adultos de la casa pueden colaborar con algunas tareas, como recoger a los niños después del colegio, hacer de canguro por la noche o ayudar a preparar la comida mientras papá y mamá trabajan.
Puede que la responsabilidad compartida no elimine la necesidad de servicios de canguro y guardería, pero puede reducir los gastos de guardería para que no se coman la mayor parte de tus ingresos.
Otro aspecto positivo es que los parientes, como los padres o los abuelos, suelen ser más de fiar que los trabajadores de guarderías o canguros sin parentesco. Los familiares pueden dar más tranquilidad a los padres preocupados por quién cuida de sus hijos.
Construir relaciones familiares
Los hogares multigeneracionales brindan amplias oportunidades para desarrollar vínculos estrechos con otros miembros de la familia. Por ejemplo, los abuelos pueden pasar más tiempo con los niños y ayudarles a desarrollar su madurez emocional, comportamientos positivos y hábitos saludables.
Al mismo tiempo, los adultos pueden apoyarse y aconsejarse mutuamente para afrontar las dificultades y retos de la vida cotidiana.
Por último, cuando las generaciones viven separadas, normalmente sólo se reúnen e interactúan en ocasiones especiales. Sin embargo, los acontecimientos familiares pueden ser más espontáneos en este tipo de situaciones. El tiempo compartido a través de interacciones regulares durante las comidas o los fines de semana puede dar lugar a conexiones más profundas.
Mayor vida útil
Los hogares compartidos también sientan las bases para unas relaciones más profundas entre familiares jóvenes y mayores. Estas relaciones no solo benefician el bienestar mental y social de los familiares mayores, sino que también pueden prolongar su vida.
Un estudio publicado en la revista BMC Public Health descubrió que los padres ancianos que desempeñaban un papel vital en la vida de sus hijos vivían más que los que tenían malas relaciones familiares, cuya tasa de mortalidad era un 30% superior.
En el caso de los miembros mayores de la familia en hogares multigeneracionales, pueden sentirse útiles ayudando con la vivienda, prestando asistencia económica, proporcionando servicios de guardería o dando apoyo emocional y consejo. Gracias a estos esfuerzos, pueden sentirse más implicados en una relación recíproca con el resto de la familia.
Seguridad financiera para las personas mayores
Aunque muchos jóvenes optan por un hogar multigeneracional para poder salir de deudas o ahorrar para una casa, el arreglo también puede proporcionar beneficios económicos a otros miembros de la familia.
A medida que se preparan para la jubilación, muchas personas necesitan ajustar sus finanzas. Los hijos pueden ayudar a sus padres a prepararse para la jubilación y ofrecerles apoyo financiero colaborando con las facturas, los pagos de la hipoteca, el acceso a los vehículos y los gastos diarios.
Incluso si tienen una pensión o una cuenta de jubilación, los miembros de la familia en edad de jubilarse pueden apreciar la seguridad financiera de tener a otros asalariados en el hogar mientras hacen la transición a su vida postprofesional.
Contras de los hogares multigeneracionales
Las importantes ventajas de las viviendas compartidas pueden hacer que vivir con familiares parezca una gran idea. Sin embargo, hay inconvenientes que hay que tener en cuenta al considerar esta opción.
Dependiendo de tus preferencias, tu situación económica actual y tus relaciones familiares, estas desventajas pueden ser decisivas. Pero si te esfuerzas por llevarte bien, puedes resolver los problemas con los otros adultos de la casa y cohabitar felizmente.
Falta de intimidad
Las cuestiones relacionadas con la privacidad son una preocupación común cuando la gente decide si compartir casa es una opción viable. Aunque los miembros de la familia pueden tener espacios personales separados, como dormitorios, todos vivirán en el mismo edificio. Así que no cuentes siempre con mantener tus asuntos, hábitos o problemas para ti solo.
Por ejemplo, toda la familia puede enterarse de una discusión entre una pareja, lo que crea tensión en el hogar. Esto también puede hacer que los miembros de la familia tomen partido en la discusión, provocando aún más conflictos.
Algunos miembros de la familia pueden sentir que no tienen espacio para dedicarse a sus aficiones o relajarse como desean después del trabajo o durante el fin de semana. Otro problema que puede surgir es cuando los familiares y padres mayores discrepan sobre los matices de cómo educar, disciplinar y enseñar a sus hijos.
Si la falta de intimidad provoca conflictos o vergüenza, podría hacer que la gente se cuestionara si una casa compartida era la elección correcta. Sin embargo, soluciones como designar zonas privadas en la casa y abordar directamente el tema con otros compañeros de piso podrían conducir a soluciones.
Conflictos de personalidad
Los conflictos de personalidad son habituales en todos los grupos. Los desacuerdos en un espacio vital compartido son inevitables en algún momento, incluso si los miembros de la familia suelen llevarse bien.
Las distintas generaciones pueden tener valores divergentes, lo que podría exacerbar los desacuerdos y provocar conflictos adicionales. En algunos casos, los miembros de la casa pueden sentir que tienen que andar con pies de plomo o actuar de una manera específica para evitar conflictos. Otros miembros de la familia pueden opinar libremente y dar consejos no solicitados aunque provoquen desacuerdos.
Podría ser posible abordar proactivamente las posibles áreas problemáticas. Por ejemplo, los miembros de la familia podrían acordar no hablar de determinados temas entre sí ni ofrecer consejos no solicitados sobre la educación de los hijos, la política, la religión u otros temas potencialmente controvertidos.
Menor espacio vital
El espacio es otro problema. Dependiendo del tamaño de la casa, puede ser imposible que cada persona encuentre el nivel de intimidad que necesita. Además, puede haber problemas prácticos, como no disponer de baños suficientes para que todos puedan prepararse por la mañana para ir al trabajo o al colegio.
Las zonas comunes compartidas y los limitados sistemas de entretenimiento pueden hacer que algunas personas no puedan relajarse sin interrupciones cuando quieran ver sus series o acontecimientos deportivos favoritos.
Las soluciones a este problema pueden estar limitadas por la superficie. Aunque sea posible convertir en vivienda el espacio no utilizado de un sótano o un ático, las reformas importantes pueden exceder el presupuesto de los miembros de la casa.
Más responsabilidad
Por último, los hogares multigeneracionales pueden acarrear responsabilidades adicionales para algunos miembros de la casa. La carga adicional puede ser económica o suponer añadir tareas a una agenda diaria ya de por sí muy apretada.
El nivel de responsabilidad puede variar considerablemente en función de la convivencia. Los miembros más jóvenes de la familia pueden tener que cuidar a diario de un padre o abuelo mayor. Los residentes de más edad pueden encontrarse con tareas de cuidado de niños que les resulten agotadoras.
Además, los miembros de la familia con mayores ingresos pueden tener que asumir una mayor parte de la carga financiera. El acuerdo podría parecerles injusto o interrumpir sus planes de ahorro o de pago de deudas.
Los hogares multigeneracionales pueden ofrecer ventajas económicas y propiciar mejores vínculos familiares y un sistema de apoyo integrado. Al mismo tiempo, algunos inconvenientes pueden dificultar este tipo de acuerdos si no se resuelven antes de hacer la mudanza.