Angelic fue logopeda titulada durante 34 años, hasta que un trauma emocional la obligó a jubilarse anticipadamente. Fue la tormenta perfecta cuando su madre falleció, a su padre le diagnosticaron Alzheimer, su marido enfermó gravemente y la pandemia paralizó el mundo.
Aunque estaba acostumbrada a llevar un sueldo a casa, pronto se sintió abrumada al no poder cubrir sus facturas.
Una carga agravada
Como si el estrés de estar endeudada no fuera suficiente, los acreedores empezaron a amenazarla con demandarla o quitarle algo como garantía. Según Angelic, "dije: no puedo permitir que esta gente me amenace. Y yo no sabía que no podían. En ese momento, cuando estás agobiada, les crees. Porque nunca había andado por ahí".
La deuda de Angelic llegó a perjudicar su salud mental. "Fue muy emotivo pasar por esas constantes llamadas telefónicas y amenazas. Me agotaba. Había mucho más que la deuda. La deuda agravó la carga por la que estaba pasando", explica.
La vergüenza la llevó a ocultar lo mal que la hacía sentir la deuda. Angelic describe así esa época de su vida: "Era un sentimiento de máxima tristeza. No tenía dinero para pagar mi deuda ni para viajar a ningún sitio. Había tantas emociones encontradas, pero yo diría que evolucionó hacia la depresión".
Cuanto más tiempo pagaba los mínimos de sus tarjetas de crédito, más aumentaban los intereses y las comisiones por demora. Cuando intentó establecer un plan de pagos con los acreedores, la conversación terminó antes de empezar. "Una de las deudas era de unos 8.000 dólares. Para cuando falté, había subido a 9.000 y 10.000 dólares", exclama. Cuando llamó a NDR, ¡su deuda total se había acumulado en más de 44.000 dólares!
Frente a la música
Mientras trabajaba en la computadora un dia, Angelic vio un anuncio de Alivio de la Deuda Nacional y lo tomo como una senal. Este era el camino que estaba destinada a recorrer para resolver su deuda sin garantía.
Como ella misma describe: "Cuando lo vi, llamé inmediatamente. Sólo quería saber de qué se trataba. Le conté mi historia y lo primero que me dijo la persona con la que hablé fue: 'Enhorabuena, reúne los requisitos para formar parte del Programa Nacional de Alivio de la Deuda'. Fue una gran sensación.
Me sentía abrumada, avergonzada de contar mi historia. Pero ella me aseguró que lo que yo estaba viviendo era lo que vivía mucha gente. Y la vergüenza desapareció. Lloré. Ella se dio cuenta. Me dijo: "¿Estás bien? Le dije que era un alivio enorme saber que no era la única. Fue liberador. Confié en ella. Y vaya, no puedo agradecérselo lo suficiente a Alivio de la Deuda Nacional".
Cuando Angelic compartió la emocionante noticia con su marido, éste puso los ojos en blanco. Angelic le aseguró: "Me prometieron que si seguía con el plan, si hacía exactamente lo que me decían, estaría libre de deudas en tantos años. Y me dijeron que si con esas mismas deudas, con el tipo de interés que tenía, si pago el mínimo, tardaría unos 59 años en saldarlas."
De los problemas matrimoniales a la felicidad
Las deudas de Angelic causaron una gran tensión en su matrimonio. Cuando se jubiló y no pudo cubrir su parte de los gastos domésticos, su marido Charles se hizo cargo temporalmente. Pero después de desembolsar 3.000 dólares más en un mes, le dio un ultimátum.
Como dice Angelic: "No éramos tan amables el uno con el otro porque ambos estábamos frustrados por la misma razón. Y al final, cuando me amenazó: 'Me voy si no te ocupas de esto', fue el catalizador para decir: tengo que hacer algo".
Angelic y Charles pasaron de los problemas matrimoniales a la felicidad. "Lo superamos todo juntos. Fue una gran tensión, pero estábamos decididos. Le dije que era mi marido para siempre. Yo soy su esposa para siempre. Y ahora es, wow. Ha cambiado a mejor porque hay mucha libertad al no tener deudas, exclama Angelic".
Elaborar un plan
Alivio de la Deuda Nacional creado un plan que trabajó para la situación financiera de Angelic, adaptado a su calendario, y se dirigió a su nivel de comodidad. Cuando su entrenador de la deuda discutido lo que podía permitirse cada mes, que aterrizó en $ 813 al mes.
Pero lo que más le gustó a Angelic del programa es que "había un plan, un objetivo. Y después, si lo conseguías, llegarías a un acuerdo. Hubo comunicación durante todo el proceso. Necesito saber cuál es el objetivo. Necesito saber cuánto; cuánto tiempo va a tomar. Y National Debt Relief hace todo eso".
Cumplir el plan
Al principio, Angelic se mostró aprensiva. Después de sufrir durante meses, no veía el final a la vista. "El momento en que me di cuenta de que podía seguir el plan que me ofrecía National Debt Relief fue cuando hice mi primer pago. Después de pagar esa cantidad durante unos dos o tres meses, me dije, no me piden más dinero. No cambiaron nada de lo que tenía que pagar", exclama Angelic.
Una vez que experimentó ese momento crucial, se dio cuenta de que, puesto que National Debt Relief se atenía al plan, ella también podía hacerlo. Según Angelic, "Fue surrealista porque llevaba unos cinco o seis meses luchando con mi marido, con las finanzas. Así que, cuando me di cuenta de que esto era todo, fue eufórico. Ni ayuda de mi familia, ni ayuda de mi marido, ni ayuda de un amigo".
Una agradable sorpresa
Al cabo de un tiempo, Angelic ya no pensaba en las mensualidades. Por eso, cuando recibió una llamada telefónica diciéndole que casi había terminado, fue una agradable sorpresa. Como ella misma explica: "Me llamaron para decirme: 'Ya casi has terminado. Sólo te quedan unos cuantos pagos más'.
Fue uno de esos momentos sorprendentes porque se me había olvidado. El equipo se ocupaba de todo. Así que, cuando recibí esa llamada y ese correo electrónico diciendo, felicidades, te has graduado. Estoy pensando de qué, no te engaño.
Sé que no fue así. Pero lo sentí así porque sentí más libertad ahora que esa parte estaba fuera del camino. La deuda era la gran carga. Y cuando me dijeron que me había graduado, lloré", cuenta Angelic.
Antes de National Debt Relief, las lágrimas de Angelic eran de frustración y tristeza. Pero una vez que se graduó, las lágrimas que lloró fueron de alegría. "Fue una libertad abrumadora que nunca antes había sentido. Tengo 61 años y nunca en mi vida había estado libre de deudas. Así que la sensación de graduarme es increíble".
Una canción diferente
Angelic vive ahora la vida que las deudas dejaron en suspenso. Irónicamente, ahora que no tiene deudas, la bombardean con ofertas de crédito. Le resulta fácil resistirse porque "no había ninguna tentación. Antes sentía que podía conseguir lo que quisiera, pagar en efectivo si lo necesitaba.
Ahora que estoy libre de deudas, hago lo que quiero. Soy libre de ser yo. Y me armé de valor. Hice una audición para cantar con la Orquesta Sinfónica de San Luis en Unison Chorus. Y entré porque estaba relajada. Así que hice algo que nunca pensé que haría. Y es increíble".
Angelic también está cumpliendo su lista de deseos viajando mucho. Visitó por segunda vez el Gran Cañón y pasó un tiempo precioso con su hermano y su hijo. Uno de sus momentos estelares fue cruzar el país en coche con su hermana para ver el Monte Rushmore.
Su otra experiencia favorita fue cuando su hermana celebró su logro invitando a Angelic a un espectáculo de Broadway. "Estoy en un momento diferente de mi vida. Tengo libertad para ir donde quiera", afirma Angelic.
Vivir su mejor vida
Angelic termina su historia así: "Mi corazón llega a todas esas personas que necesitan ese tipo de ayuda. Contaré mi historia a quien quiera. No tengo verguenza alguna. National Debt Relief me salvó y ahora puedo vivir mi mejor vida".
Deje que la gente de National Debt Relief le ayude a escribir su historia de exito. Hemos apoyado a más de 500.000 personas en todo el país en cada paso del camino para ayudarles a resolver su deuda, recuperar la independencia financiera, y ajustar sus hábitos de gasto para permanecer libre de deudas.