Según el filósofo griego Heráclito, "La única constante en la vida es el cambio". A veces el cambio es para mejor, otras veces puede acarrear dificultades financieras. Aunque predecir el futuro es cosa de videntes en línea, ahorrar para gastos imprevistos puede ayudar a que los retos financieros sean más fáciles de gestionar.
Entonces, ¿cómo planificar lo inesperado?
Elaborar un plan de gastos y cumplirlo
¿Comprende la diferencia entre un presupuesto y un plan de gastos? Un presupuesto establece los parámetros dentro de los cuales no gastará dinero. Un plan de gastos establece los parámetros dentro de los cuales lo hará. Al final, ambos equivalen a lo mismo. Pero el primero es liberador, mientras que el segundo puede parecer restrictivo.
La mejor manera de elaborar un plan de gastos realista es sumar el dinero que has gastado en facturas durante el último año. Busque formas de dirigir su dinero de forma más eficaz, como reducir al mínimo los gastos frívolos. Utiliza ese dinero para ahorrar e invertir.
Crear un fondo de emergencia
Aunque el primer impulso puede ser pedir dinero prestado cuando surge un gasto imprevisto, es mejor crear un fondo de emergencia de antemano. Aunque no contenga dinero suficiente para cubrir todos los gastos, contraerás menos deudas.
Los expertos recomiendan apartar ese dinero en una cuenta de ahorros separada, con depósitos automáticos para mantenerla a buen recaudo. El sentido común aconseja disponer de una cantidad que cubra al menos entre tres y seis meses de gastos domésticos (incluidos los pagos del alquiler o la hipoteca). Pero si no tienes medios para ahorrar tanto, cualquier cantidad es mejor que nada.
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Utiliza el dinero de tu armario
Seguro que tienes montones de ropa y zapatos que ya no te pones languideciendo en el armario. Del mismo modo, es probable que el garaje, el desván o el trastero estén repletos de objetos que ya no utilizas pero de los que aún no te has desprendido.
Pero piensa en esto: todo lo que ves en esos espacios solía ser dinero. Así es, hemos intercambiado dinero para adquirir todo lo que tenemos. Cuando ya no nos sirve, lo más inteligente es volver a convertirlo en dinero.
Sitios web como eBay, Craigslist y Facebook ofrecen mercados que puedes utilizar para este fin. Guarda el dinero que recojas en un lugar mucho mejor: tu cuenta de ahorros. Si vendes pronto tus objetos, podrás disponer de efectivo para cubrir un gasto inesperado. Un armario menos desordenado tampoco viene mal.
Prepárese para lo previsible
A veces, un gasto imprevisto es en realidad un coste pasado por alto. Si su cocina, frigorífico, calentador de agua u horno funcionan mal en algún momento, se enfrenta a una costosa reparación o a una sustitución desorbitada. Lo mismo ocurre con su coche. Acostúmbrese a reservar algo de dinero para esos imprevistos.
Incorporar esta idea a su plan de gastos le facilitará el ahorro continuo. Aunque sólo sea una pequeña cantidad al mes, guardarla en una cuenta de ahorro de alto rendimiento puede hacer que crezca con el tiempo. Luego, en lugar de endeudarte para comprar un frigorífico nuevo, puedes sacar dinero de ese fondo. De nuevo, aunque no haya dinero suficiente para cubrir todo el gasto, te endeudarás menos para afrontarlo.
En resumen
Planificar los gastos imprevistos puede marcar la diferencia entre capear una tormenta financiera inesperada con dinero en efectivo o endeudarse para resolverla. Demasiadas personas consideran que sus tarjetas de crédito son la fuente para hacer frente a las emergencias. Y sí, eso funcionará. Pero es mucho más caro a largo plazo.