Comprendemos lo duro que es llevar varios meses de retraso en el pago de las facturas con poca o ninguna esperanza de ponerse al día. Pero puede ser aún más devastador recibir una llamada de un cobrador cuando un prestamista o acreedor ha cancelado su deuda y la ha vendido a una agencia de cobros. Estar muy endeudado puede pasar una factura considerable, tanto emocional como física. Económicamente, puede afectar a su estilo de vida e impedirle incluso comprar lo esencial.
Primero: que no cunda el pánico
Entrar en pánico cuando oyes a un cobrador al otro lado del teléfono es propio de la naturaleza humana. Pero respira hondo y relájate: tienes derechos. Y ten en cuenta que esa persona no tiene nada contra ti personalmente, su trabajo es cobrar el dinero.
Como la mayoría de los cobradores trabajan a comisión, tienen un gran incentivo para cobrar. Pueden fanfarronear y amenazarle con todo tipo de consecuencias nefastas, como llamar a su empresa o a sus familiares. Al hacer esto, están infringiendo la ley.
Los cobradores de deudas están limitados en cuanto a la intromisión en su intimidad y su vida. Como recibir algo es mejor que colgar sin una solución, por lo general intentarán negociar un acuerdo. Trate de mantener la cordura mientras intenta llegar a un precio justo. Haga lo que haga, no ignore al acreedor que le llama.
Sus derechos
Hace varios años, el Congreso aprobó laLey de Prácticas Justas de Cobro de Deudas. Esta ley define lo que un cobrador de deudas puede y no puede hacer.
Por ejemplo, no pueden...
- Llamarte antes de las 8:00 o después de las 21:00.
- Revelar información sobre sus deudas a terceros (por ejemplo, familiares o amigos).
- ponernos en contacto con usted después de haberle notificado por escrito que no desea que sigamos poniéndonos en contacto con usted
- Llamarte repetidamente
- Acusarle de haber cometido un delito
- Utilizar métodos engañosos para cobrar deudas
- Llamarle a horas y lugares inoportunos
- Afirmar estar afiliado a cualquier organización gubernamental
- Utilizar lenguaje profano/abusivo
- falsear la naturaleza, el importe o la situación jurídica de una deuda
- Amenazar con emprender cualquier acción ilegal
- Amenazar con comunicar información crediticia falsa
- Rechazar su solicitud de toda la documentación relacionada con su deuda, incluidos extractos detallados, contratos y facturas.
Si cree que un cobrador de deudas incurre en alguna de las prácticas anteriores, puede contratar a un abogado y demandar a la agencia por daños y perjuicios. Podría llegar a cobrar hasta 1.000 dólares por incidente.
El diablo de la deuda está en los detalles
Cuando un cobrador le llame, lo primero que debe hacer es preguntar por el nombre del acreedor original, la cantidad exacta que debe y cómo puede impugnar la deuda o hacer que la verifiquen. Todos los cobradores deben facilitarle por escrito los datos de facturación en los cinco días siguientes al primer contacto. Si cree que no debe esa deuda o necesita impugnar el importe, haga constar su negativa o desacuerdo por escrito en el plazo de 30 días desde la recepción de la información.
Si impugna la deuda, el cobrador no puede volver a ponerse en contacto con usted hasta que haya investigado su solicitud y verificado la información en una refutación por escrito.
Al hacer esta solicitud por escrito en un plazo de 30 días, el cobrador debe detener todas las actividades de cobro hasta que le haya proporcionado la información. Si decide impugnar la deuda o solicitar el nombre y la dirección del acreedor original, asegúrese de conservar una copia de la información para su expediente.
Poner fin a todas las llamadas
Deberá hablar con elcobradoral menos una vez para ver si puede resolver el asunto. Aunque creas que la deuda no es tuya, no puedas pagarla o el cobrador se haya puesto en contacto contigo por error, es obligatorio mantener una conversación. Si tras esa conversación inicial decides que no deseas recibir más llamadas, puedes escribir una carta de cese y desistimiento para detener todo contacto.
Para protegerte aún más, envía la carta por correo certificado y paga un "acuse de recibo" para demostrar que el cobrador la ha recibido. A partir de ese momento, la ley prohíbe al cobrador volver a ponerse en contacto con usted, salvo en dos casos: para confirmarle que no volverá a ponerse en contacto con usted o para informarle de las medidas que van a tomar, como presentar una demanda.
Para que quede claro, sigues debiendo la deuda si el cargo es válido. Pero seguir los pasos anteriores puede, al menos, quitarte al cobrador de encima. Ten en cuenta que enviar una carta no garantiza que el cobrador la acepte, aunque la hayas enviado con "acuse de recibo". A fin de cuentas, el objetivo y el incentivo financiero del cobrador es cobrar lo que usted debe. Por lo tanto, harán todo lo que les permita la ley para conseguirlo.
Negociar con el cobrador
Un cobrador nunca te dirá la cruda verdad: su agencia compró tu deuda por mucho menos de lo que realmente debes. De hecho, las grandes compañías de tarjetas de crédito suelen agrupar sus deudas y venderlas a las agencias de cobro por centavos de dólar. Esa deuda de 750 dólares por la que el cobrador se ha puesto en contacto contigo puede haberle costado a la agencia 25 dólares o menos. Esto le deja mucho margen de maniobra para negociar una cantidad inferior. Cuanto más antigua sea la deuda, más probable es que el cobrador acepte llegar a un acuerdo.
Deje que National Debt Relief le ayude
Una mejor manera de lidiar con los acreedores es no ponerse en una posición para interactuar con ellos. Un entrenador de la deuda de Alivio de la Deuda Nacional puede ayudarle a pagar su deuda por menos de lo que debe, en una cantidad más corta de tiempo. También le mostrará consejos y trucos para ajustarse a un presupuesto y permanecer libre de deudas.